En el estado de Kaduna, al noroeste de Nigeria, se llevaron a cabo funerales el sábado 8 de noviembre para siete cristianos, entre ellos un niño de 12 años, que fueron asesinados el 31 de octubre. Al mismo tiempo, en el estado de Borno, al noreste del país, militantes incendiaron viviendas y un edificio de iglesia en un ataque contra una comunidad cristiana.
En Damakasuwa, municipio de Kauru, en la región sur de Kaduna, cientos de personas asistieron al servicio fúnebre para los creyentes masacrados por pastores fulani y otros terroristas, según residentes de la zona. Uno de ellos, Daniel Dodo, comentó que “hemos enterrado a siete de nuestros queridos hermanos cristianos, muertos a manos de terroristas y pastores fulani. Este funeral es una ceremonia de lágrimas que brotan entre nosotros, los cristianos, en el medio de una violencia deliberada por nuestra fe”.
Los fallecidos eran: Yohanna Adamu (46 años), Bala Bude Chawai (57), Yakubu Bala (50), Abubakar Ya’u (30), Ishaya Dauda (56), Monday Nveneh (46) y Savior Emmanuel (12).
El reverendo Madaki Sarki, de la iglesia Evangelical Church Winning All (ECWA), afirmó durante el servicio: “Hoy lloramos, pero también elegimos la unidad. La sangre de los inocentes debe unirnos, protegernos unos a otros, defender la paz y honrar la memoria de los que hemos perdido”.
Una residente local, Rahila Chawaig, señaló que los asistentes al funeral salieron con los corazones cargados, pero también con un renovado sentido de comunidad, decididos a que el amor y la paz triunfen sobre el miedo y la violencia.
Al mismo día, militantes vinculados al grupo extremista islámico Boko Haram atacaron una comunidad cristiana en la aldea de Pemi, municipio de Chibok, estado de Borno. Allí incendiaron una iglesia de la denominación Church of the Brethren in Nigeria (EYN), viviendas y otros bienes de creyentes. Un residente identificado como Andrew Yohanna manifestó: “La comunidad de Pemi está bajo ataque por terroristas de Boko Haram. Necesitamos sus oraciones”. Otro, Peter Maina, añadió que la vivienda del pastor de la EYN también fue consumida por las llamas.
Josiah Ayuba Ponna expresó el profundo impacto del ataque: “La destrucción de la iglesia EYN, de tiendas y coches es un recordatorio doloroso de la inseguridad en nuestra comunidad. Esto no es la primera vez que atacan nuestra iglesia, y estamos cansados de vivir con miedo. Pedimos acción a nuestros líderes; necesitamos protección, seguridad y justicia”.
Una mujer llamada Tabitha Joel hizo un llamamiento al gobierno nigeriano: “Este violento ataque ha arrasado la comunidad, dejando destrucción, desplazamiento y un sufrimiento inimaginable. Los atacantes no sólo quemaron casas, también vehículos, iglesias y negocios. Las imágenes son desgarradoras”.
La zona de Chibok ha sido escenario de múltiples agresiones extremistas a lo largo de los años, incluida la famosa desaparición de 276 alumnas en 2014 por Boko Haram. Según Jacob Pindar, otro residente, los cristianos están desgarrados por este nuevo episodio: “La destrucción es más que daño material: es un triste recordatorio de que nuestra comunidad sigue bajo asedio. Estamos hartos de promesas vacías. Exigimos acción inmediata y tangible del gobierno”.
Markus Njidda agregó que casi cada aldea de la zona ha sido atacada este año: “En Pemi, Boko Haram quemó iglesias y casas de cristianos; si esto no es genocidio, ¿qué lo es?”.
Según el índice World Watch List 2025 de la organización Open Doors, el nivel de violencia contra cristianos en Nigeria ya ha alcanzado el máximo evaluado por su metodología. Este informe señala que de los 4 476 cristianos asesinados en el mundo durante el período, aproximadamente 3 100 (el 69 %) se registraron en Nigeria. También se observa que un nuevo grupo yihadista denominado Lakurawa ha emergido al noroeste, armado con armas sofisticadas y vinculado con la insurgencia de Jama’a Nusrat ul‑Islam wa al‑Muslimin (JNIM). La violencia, que tradicionalmente se concentraba en el norte del país, se ha extendido hacia estados del sur.




