El término “apócrifo” proviene del griego apókryphos, que significa “oculto” o “escondido”. En el contexto bíblico, se refiere a una serie de escritos religiosos que no fueron incluidos en el canon de la Biblia protestante y judía, pero que algunas tradiciones cristianas, como la católica y la ortodoxa, sí consideran canónicos.
Dado que estos libros han sido objeto de debate durante siglos, este artículo busca responder a la pregunta: ¿Debemos confiar en los libros apócrifos? Para ello, analizaremos su origen, contenido, aceptación en las distintas tradiciones cristianas y sus implicaciones teológicas.
1. ¿Qué son los libros apócrifos?
Los libros apócrifos se dividen en dos grandes categorías:
- Los libros deuterocanónicos: Son aquellos que están incluidos en la Biblia católica y en la Septuaginta (la traducción griega del Antiguo Testamento usada por los judíos en la diáspora). Incluyen:
- Tobías
- Judit
- Sabiduría
- Eclesiástico (Sirácides)
- Baruc
- 1 y 2 Macabeos
- Adiciones a Ester y Daniel
- Los evangelios y escritos apócrifos del Nuevo Testamento: Son libros no aceptados por ninguna tradición cristiana como inspirados por Dios. Entre ellos se encuentran:
- Evangelio de Tomás
- Evangelio de Judas
- Evangelio de María Magdalena
- Evangelio de Pedro
- Hechos de Pablo
- Apocalipsis de Pedro
2. ¿Por qué algunos libros fueron excluidos del canon bíblico?
2.1. Criterios de Canonización
La Iglesia primitiva estableció criterios estrictos para determinar qué libros eran inspirados por Dios y debían ser parte del canon bíblico:
- Origen profético o apostólico: Los libros debían haber sido escritos por profetas en el Antiguo Testamento o por apóstoles o sus asociados en el Nuevo Testamento.
- Coherencia doctrinal: No podían contradecir doctrinas fundamentales ya establecidas en los libros ampliamente aceptados.
- Uso en la comunidad de fe: Debían ser utilizados y aceptados en las primeras iglesias y comunidades judías como Escritura Sagrada.
2.2. Exclusión de los Apócrifos
Muchos libros apócrifos fueron rechazados porque no cumplían con estos criterios. Por ejemplo:
- Algunos contienen errores históricos y geográficos: En el libro de Judit, por ejemplo, se menciona a Nabucodonosor como rey de Asiria cuando en realidad fue rey de Babilonia.
- Doctrinas contrarias a la Escritura: En 2 Macabeos 12:46 se menciona la oración por los muertos, una enseñanza que no se encuentra en el canon judío ni en el Nuevo Testamento.
- Orígenes dudosos: Muchos libros apócrifos del Nuevo Testamento fueron escritos siglos después de Cristo y atribuidos falsamente a apóstoles.
3. Diferencias entre la Biblia Protestante, Católica y Ortodoxa
3.1. Biblia Protestante
Los reformadores del siglo XVI, como Martín Lutero, excluyeron los libros deuterocanónicos del Antiguo Testamento, argumentando que no formaban parte del canon hebreo y que Jesús y los apóstoles no los citaban en el Nuevo Testamento.
3.2. Biblia Católica
La Iglesia Católica confirmó la inclusión de los libros deuterocanónicos en el Concilio de Trento (1546), defendiendo que la Septuaginta, la versión del Antiguo Testamento utilizada por los primeros cristianos, los contenía.
3.3. Biblia Ortodoxa
Las iglesias ortodoxas incluyen aún más libros en su Antiguo Testamento, como 3 Esdras y 3 Macabeos, debido a su uso en la tradición eclesiástica.
4. ¿Debemos confiar en los libros apócrifos?
Para responder esta pregunta, analicemos los siguientes puntos:
4.1. ¿Son inspirados por Dios?
Si creemos que la Biblia es la Palabra inspirada de Dios, debemos asegurarnos de que cada libro dentro de ella tenga origen divino. La mayoría de los libros apócrifos no cumplen con los criterios de inspiración reconocidos por la tradición judeocristiana.
4.2. ¿Aportan valor histórico?
Algunos libros, como 1 y 2 Macabeos, ofrecen información valiosa sobre la historia de Israel durante el período intertestamentario (entre el Antiguo y el Nuevo Testamento). Sin embargo, su utilidad histórica no significa que sean inspirados por Dios.
4.3. ¿Pueden ser leídos como literatura religiosa?
Muchos cristianos leen los libros apócrifos como literatura religiosa y de reflexión, sin considerarlos doctrinalmente vinculantes. Esto es similar a cómo se pueden leer los escritos de autores cristianos sin igualarlos a la Biblia.
4.4. ¿Pueden afectar nuestra fe?
Sí. Si se usan erróneamente para establecer doctrinas, pueden llevar a confusión. Por ejemplo, la idea del purgatorio en la Iglesia Católica se basa en 2 Macabeos 12:46, un libro que no forma parte del canon protestante ni judío.
5. Conclusión: ¿Debemos confiar en los libros apócrifos?
La respuesta depende del propósito con el que se lean:
- No deben usarse para doctrina: No cumplen con los criterios de inspiración divina y contienen errores teológicos.
- Pueden leerse como literatura histórica y devocional: Pero con discernimiento y comparándolos siempre con la Escritura inspirada.
- Deben interpretarse con precaución: Algunas enseñanzas en estos libros pueden ser incompatibles con la Biblia.
En definitiva, la Biblia canónica (Génesis a Apocalipsis) es suficiente para la fe y la práctica cristiana. Los libros apócrifos pueden ser interesantes desde un punto de vista histórico, pero no deben tener la misma autoridad que la Palabra de Dios. Como dijo el apóstol Pablo:
“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” (2 Timoteo 3:16).
Por lo tanto, nuestra confianza debe estar en la Escritura reconocida como inspirada, y los libros apócrifos deben ser leídos con prudencia y sin otorgarles autoridad doctrinal.