Representantes de iglesias evangélicas en Honduras anunciaron que mantendrán una actitud de “oración y vigilancia” en defensa de la democracia mientras el país se prepara para las elecciones generales del próximo 30 de noviembre.
De acuerdo con la Asociación de Pastores de Tegucigalpa, las congregaciones evangélicas han comenzado a organizarse en los 18 departamentos del país para acompañar el proceso electoral con fe y compromiso cívico.
El pastor Mario Banegas, portavoz de la asociación, explicó que el primer paso del movimiento es la oración. “Estamos orando; eso es lo primero que debemos hacer”, declaró Banegas durante una conferencia de prensa.
En declaraciones recogidas por Proceso Digital, el pastor señaló que el pueblo hondureño anhela una democracia verdadera. “No vemos una democracia real, y creo que los hondureños, en todos los departamentos, están pidiendo precisamente eso: democracia”, afirmó. “Si es necesario salir nuevamente a las calles, lo haremos, pero de manera pacífica”.
Banegas aclaró que el movimiento no busca enfrentarse a las instituciones del Estado ni a actores políticos, sino promover una participación ciudadana pacífica y firme en defensa de los valores democráticos.
Durante la reunión de líderes evangélicos, se destacó la importancia de que las Fuerzas Armadas y todo el proceso electoral se desarrollen dentro del marco establecido por el Consejo Nacional Electoral (CNE). Los asistentes expresaron su preocupación ante la percepción de que el sistema democrático del país no funciona plenamente.
El pastor también informó que creyentes evangélicos participarán como observadores ciudadanos en los comicios e hizo un llamado al respeto de la voluntad popular. “La fe y la democracia deben caminar de la mano por el bien común y la estabilidad nacional”, señaló.
En el mismo contexto, Anabel Gallardo, presidenta del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), manifestó su respaldo a las consejeras del CNE, Cossette López y Ana Paola Hall, y exhortó a los hondureños a acudir masivamente a las urnas.
Con esta iniciativa, las iglesias evangélicas hondureñas buscan asumir un rol activo en la vida civil y política del país, promoviendo la paz, la unidad y la vigilancia ciudadana en medio del clima de incertidumbre que rodea las próximas elecciones.
