Una reflexión bíblica, moral y social en tiempos de crisis
En un mundo marcado por la violencia, el crimen organizado y la corrupción, muchos gobiernos han optado por medidas drásticas con el fin de recuperar el orden. En nombre de la seguridad, se han suspendido derechos constitucionales, se han realizado arrestos masivos y se ha justificado la represión. Estas acciones han traído cierta calma en algunos lugares, pero también han despertado una inquietante pregunta moral y espiritual:
¿El fin justifica los medios?
La frase, asociada comúnmente con Nicolás Maquiavelo, plantea que si el objetivo es bueno —como la paz, la justicia o la seguridad— entonces cualquier método utilizado para alcanzarlo sería válido, aunque sea cuestionable o inmoral. Pero desde una perspectiva cristiana, esta idea no solo es peligrosa, sino también contraria a la Palabra de Dios.
Casos reales: países que han suspendido derechos
El Salvador
Desde marzo de 2022, el presidente Nayib Bukele instauró un régimen de excepción para enfrentar a las pandillas.
- Más de 85,000 personas han sido arrestadas sin orden judicial.
- Organizaciones de derechos humanos denuncian que alrededor de 30,000 son inocentes detenidos injustamente.
- Al menos 354 personas han muerto bajo custodia del Estado durante este periodo.
Fuente: Swissinfo.ch, Wikipedia
Honduras
En 2022, la presidenta Xiomara Castro decretó un estado de excepción en ciudades con alta criminalidad como Tegucigalpa y San Pedro Sula, permitiendo arrestos sin garantías constitucionales.
Fuente: Reuters
Ecuador
En 2023 y 2024, el presidente Daniel Noboa impuso varios estados de excepción ante el auge del crimen organizado. Se militarizaron ciudades, se suspendieron libertades básicas y se tomaron cárceles por la fuerza.
Fuente: BBC
Turquía
Tras el intento de golpe de Estado en 2016, el presidente Erdoğan declaró un estado de emergencia que duró dos años. Se suspendieron libertades fundamentales y se arrestó a más de 50,000 personas sin debido proceso, entre ellos periodistas, jueces y opositores.
Fuente: Human Rights Watch
¿Qué dice la Palabra de Dios?
Dios no aprueba que se haga el mal con la excusa de lograr un bien. La Biblia es clara:
“¿Y por qué no decir: Hagamos males para que vengan bienes? La condenación de los tales es justa.”
—Romanos 3:8
Los principios de Dios son eternos. La justicia no puede alcanzarse a través de la injusticia. Incluso en medio de crisis, Dios exige integridad:
“¡Ay de los que dictan leyes injustas y prescriben tiranía para oprimir al pobre y quitarles sus derechos a los humildes de mi pueblo!”
—Isaías 10:1-2
Jesús enseñó principios de justicia práctica:
“Haz a otros lo que quisieras que hicieran contigo.” —Mateo 7:12
“Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.” —Mateo 5:6
Ejemplos bíblicos: Dios no sacrifica inocentes
- Sodoma y Gomorra (Génesis 18:20–33)
Dios iba a destruir estas ciudades por su maldad, pero Abraham intercedió. Dios prometió no destruirlas si encontraba 10 justos. Aunque no los halló, rescató a Lot y su familia, demostrando que no trata igual al justo que al culpable. - El Diluvio y Noé (Génesis 6–9)
Aunque la humanidad estaba corrompida, Noé halló gracia ante los ojos de Dios, y fue salvado con su familia. Dios siempre actúa con justicia y da oportunidad al justo. - Nínive y Jonás (Jonás 3–4)
Dios envió juicio sobre Nínive, pero sus habitantes se arrepintieron. Dios, en lugar de destruir, perdonó a toda la ciudad, mostrando que prefiere la redención al castigo.
¿Qué solución debemos tomar ante el crimen desbordado?
Muchos preguntan: ¿Debemos dejar que los criminales sigan asesinando?
La respuesta es no. Pero tampoco debemos destruir los principios de justicia para combatir el mal.
La solución bíblica es firme, pero justa:
- Justicia transparente y sin corrupción
- Educación y prevención del crimen desde la raíz
- Reinserción social y programas de rehabilitación
- Reforma policial con protocolos éticos y profesionales
- Apoyo espiritual: el Evangelio transforma vidas.
- Acción comunitaria: iglesias, familias y sociedad unidas.
La cruz: el modelo perfecto de justicia
Dios no ignoró el pecado. Pero en lugar de destruir a la humanidad, envió a su Hijo Jesucristo, quien murió en lugar de los culpables.
“Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios…”
—1 Pedro 3:18
Jesús es el mayor ejemplo de que el fin (nuestra salvación) no se alcanzó por medios injustos, sino por un acto de amor voluntario y santo.
Conclusión
La Biblia no enseña que el fin justifica los medios. Al contrario, nos llama a actuar con justicia, amor y verdad. Aunque el mal aumente, no podemos responder con más injusticia. No se trata de debilidad, sino de fidelidad a los principios eternos de Dios.
“Te he mostrado, oh hombre, lo que es bueno; y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.”
—Miqueas 6:8
Cuando el crimen rebasa al gobierno, la solución no está en sacrificar inocentes o violar derechos, sino en volver a Dios, reformar lo que está corrupto y actuar con firmeza, pero con justicia.