La historia reciente del asesinato de Charlie Kirk, cometido por un joven estudiante llamado Tyler Robinson, nos estremece y nos deja una herida profunda en el corazón. No se trata solo de una noticia más; es un recordatorio vivo de la batalla espiritual que atraviesa la humanidad entre el bien y el mal, entre la luz y la oscuridad.
Un joven con estudios, familia y oportunidades eligió el camino equivocado. En lugar de caminar hacia la luz, dejó que el odio y la confusión dominaran su corazón. La Palabra de Dios nos advierte: “El que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él” (1 Juan 3:15). El odio abre la puerta a la destrucción, mientras que el amor de Cristo es el único que conduce a la vida.
Dos caminos frente a nosotros
La imagen simbólica de dos hombres estrechando sus manos, uno mirando hacia arriba y el otro hacia abajo, refleja perfectamente la condición del ser humano. Todos estamos en una encrucijada:
- Mirar hacia arriba, hacia Cristo, fuente de vida, esperanza y perdón.
- Mirar hacia abajo, dejándonos arrastrar por el peso del pecado, la culpa y la desesperación.
La Biblia nos recuerda que “hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte” (Proverbios 14:12). Así fue el camino de Robinson, marcado por un corazón confundido que terminó en tragedia.
La justicia y la misericordia de Dios
El gobernador de Utah agradeció a la familia del agresor por “hacer lo correcto” y entregarlo a las autoridades. Pero más allá de la justicia humana, existe la justicia divina que no puede ser burlada. “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará” (Gálatas 6:7).
Esto no significa que la gracia de Cristo esté ausente. Al contrario, incluso en medio del dolor, la gracia de Dios sigue siendo la única esperanza. “Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia” (Romanos 5:20). Si Robinson se arrepintiera sinceramente, aún podría hallar perdón en Cristo. Esa es la magnitud del evangelio: no hay pecado tan grande que la sangre de Jesús no pueda limpiar.
Oración en medio del dolor
Hoy, como medio cristiano, nos unimos en oración por la familia de Charlie Kirk. Que Dios les dé paz en medio de la tormenta, como lo prometió: “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses 4:7).
Pero también debemos orar por Tyler Robinson. Aunque parezca imposible, Jesús nos enseñó: “Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen y orad por los que os ultrajan y os persiguen” (Mateo 5:44). Esta no es una tarea fácil, pero es el reflejo del amor de Cristo que rompe cadenas y transforma corazones.
Una lección para nuestra generación
Este suceso debe despertar a nuestra sociedad. ¿Qué estamos sembrando en las mentes y corazones de los jóvenes? ¿Qué mensajes reciben a diario? El odio, la división y la falta de fe son semillas de violencia. Por eso Jesús dijo: “Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder” (Mateo 5:14).
Como cristianos, debemos brillar más que nunca. No podemos callar frente a un mundo que se hunde en la oscuridad. Debemos anunciar con valentía que solo en Cristo hay esperanza, solo en Él hay salvación, solo en Él hay vida eterna.
Que la muerte de Charlie Kirk, aunque dolorosa y trágica, nos mueva a levantar más alto la bandera de la fe en Cristo. Que no respondamos al odio con más odio, sino con la luz del evangelio que transforma. Porque la Biblia nos asegura: “No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal” (Romanos 12:21).
En SomosCristianos.org creemos y declaramos que, aunque las tinieblas intenten avanzar, nunca podrán apagar la luz de Cristo.




