Miles de personas se congregaron bajo la lluvia el pasado viernes 7 de noviembre en el Estadio Vélez Sarsfield de Buenos Aires para participar en la jornada inaugural del festival “Esperanza Buenos Aires”, organizado por la Asociación Evangelística Billy Graham (BGEA) en colaboración con más de 2,500 iglesias locales.
El evento, encabezado por el evangelista Franklin Graham, hijo del recordado predicador Billy Graham, fue un poderoso llamado a la fe, la esperanza y la salvación en Jesucristo.
“Si no recuerdas nada más de esta noche, recuerda esto: Dios te ama”, proclamó Graham ante la multitud empapada pero llena de entusiasmo. “Él envió a Su Hijo, Jesucristo, desde el cielo a la tierra no para condenarnos, sino para salvarnos.”
A pesar del mal tiempo, el estadio se llenó por completo y miles de asistentes respondieron al llamado a entregar su vida a Cristo. Luego del mensaje, Franklin Graham invitó a los presentes a arrepentirse de sus pecados y confiar en Jesús como su Salvador. Cientos de consejeros y voluntarios ayudaron a guiar en oración a los nuevos creyentes.
El pastor Alejandro Nüesch, coordinador de iglesias para la BGEA en Argentina, describió la respuesta como “un milagro del cielo”.
“Es impresionante ver cuántas vidas fueron transformadas en un solo instante dentro de este estadio”, expresó. “Damos gracias a Dios por cada persona que hoy encontró esperanza y salvación en Jesucristo.”
Entre los asistentes estaba Adriana, una joven de 30 años, quien compartió cómo ese momento cambió su vida: “Me siento muy bendecida y conmovida. Hace años me había alejado de la iglesia, pero hoy siento que Dios me habló directamente. Vuelvo a casa con un corazón renovado.”
El festival “Esperanza Buenos Aires” continúa el legado que dejó Billy Graham cuando predicó en el Estadio Monumental de River Plate en 1991, un evento histórico que marcó a toda una generación de creyentes argentinos.
Con el mismo espíritu de su padre, Franklin Graham afirmó que su deseo es ver un nuevo despertar espiritual en América Latina. “No importa el idioma o la cultura —dijo—, el mensaje del Evangelio sigue siendo el mismo: Jesús salva, Jesús perdona, y Jesús transforma vidas.”
El evento concluirá con nuevas jornadas de alabanza, testimonios y predicación durante el fin de semana, con el apoyo de pastores locales que acompañarán a los nuevos creyentes en sus primeros pasos de discipulado.
Bajo los paraguas y la lluvia, el Estadio Vélez se convirtió en un símbolo de fe viva: un recordatorio de que, incluso en medio de las tormentas, la esperanza en Cristo nunca se apaga.




