Sunday, February 23, 2025
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¿Por qué Dios permite la maldad en el mundo?

¿Por qué Dios permite la maldad en el mundo?

La existencia del mal en un mundo creado por un Dios que es amor y justicia es una de las preguntas más profundas y complejas que han inquietado a la humanidad desde tiempos inmemoriales. Esta cuestión ha sido abordada por teólogos, filósofos y creyentes a lo largo de la historia, y aunque no hay una respuesta simple, la Biblia ofrece una perspectiva clara sobre la soberanía de Dios y el propósito detrás de la existencia del mal.

1. El libre albedrío: la clave de la existencia del mal

Uno de los fundamentos para entender la presencia del mal en el mundo es el libre albedrío. Dios creó a los seres humanos con la capacidad de elegir entre el bien y el mal. Si Dios hubiese diseñado a la humanidad sin la posibilidad de elegir, seríamos autómatas sin la capacidad de amar genuinamente a Dios ni de hacer el bien de manera voluntaria. La verdadera adoración y obediencia solo pueden darse cuando hay una elección real.

En Génesis 2:16-17, Dios da a Adán y Eva la opción de obedecer o desobedecer:

“Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.”

Dios no creó el mal, pero permitió la posibilidad de que existiera al dotar al ser humano con la libertad de decisión. Satanás, un ángel creado por Dios con libre albedrío, fue el primero en rebelarse y traer el pecado al mundo (Isaías 14:12-14, Ezequiel 28:12-17). Luego, engañó a la humanidad, introduciendo el pecado y sus consecuencias (Génesis 3:1-7).

2. Dios no es autor del mal, pero lo usa para sus propósitos

Dios no creó la maldad ni la aprueba, pero en su soberanía permite que exista y la usa para cumplir sus planes divinos. Un ejemplo claro de esto es la historia de José en el Antiguo Testamento. Sus hermanos lo vendieron como esclavo por envidia, pero Dios usó esa situación para salvar muchas vidas:

“Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo.” (Génesis 50:20)

Asimismo, la muerte de Jesucristo en la cruz es el mayor ejemplo de cómo Dios permite el mal con un propósito redentor. Aunque los líderes religiosos y romanos actuaron con maldad al crucificar a Jesús, Dios utilizó ese acto para traer salvación a la humanidad (Hechos 2:23-24).

3. El mal como consecuencia del pecado

Desde la caída de Adán y Eva, el pecado entró en el mundo y trajo consigo sufrimiento, dolor y muerte (Romanos 5:12). La maldad no es solo resultado de elecciones personales, sino que también es consecuencia de la corrupción de la naturaleza humana y del mundo en general.

Pablo explica en Romanos 8:22 que “toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora.” Esto significa que el pecado no solo afecta a las personas, sino a toda la creación. Guerras, enfermedades, desastres naturales y todo tipo de sufrimientos son parte de un mundo caído que anhela la redención final.

4. Dios ha provisto una solución al problema del mal

Dios no se ha mantenido indiferente ante el sufrimiento humano. Desde la caída, estableció un plan de redención a través de Jesucristo (Génesis 3:15). A través de su muerte y resurrección, Cristo venció al pecado y al mal, ofreciendo salvación y restauración a todos los que creen en Él (Juan 3:16).

Si bien el mal sigue existiendo, la Biblia nos enseña que llegará un día en el que Dios erradicará definitivamente toda maldad. Apocalipsis 21:4 nos da esta promesa:

“Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.”

El mal tiene un tiempo limitado. Dios permitirá que exista hasta que su plan de redención se complete y establezca un nuevo cielo y una nueva tierra donde no habrá más sufrimiento.

5. Nuestra responsabilidad frente al mal

Aunque el mal existe, Dios nos llama a ser luz en medio de la oscuridad. Jesús dijo en Mateo 5:16:

“Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.”

Como cristianos, tenemos la responsabilidad de combatir el mal con el bien (Romanos 12:21), predicar el evangelio y ayudar a los necesitados. Dios nos ha llamado a ser agentes de cambio en un mundo quebrantado.

Conclusión

Dios permite la maldad porque nos ha dado libre albedrío, pero no la aprueba ni es su autor. Él la usa para sus propósitos, y aunque el mundo está bajo la corrupción del pecado, ha provisto una solución en Cristo. La maldad no será eterna; Dios ha prometido restaurar todas las cosas y erradicar el mal definitivamente.

Mientras esperamos ese día, nuestra misión es confiar en su soberanía, vivir en santidad y ser instrumentos de su amor en un mundo que necesita desesperadamente la esperanza de Cristo.

Omar Villa
Omar Villa
Licenciado en Informatica Titulado de la Universidad de Ciudad Juarez Chihuahua

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