Desde tiempos antiguos, la humanidad ha buscado el significado de la vida. Nos preguntamos por qué estamos aquí y qué propósito tiene nuestra existencia. La Biblia, como la Palabra de Dios, nos da una respuesta clara y profunda sobre el propósito de la vida, enseñándonos que no estamos aquí por casualidad, sino por un propósito divino.
1. Fuimos Creados para la Gloria de Dios
La Biblia nos revela que Dios nos creó para Su gloria. Isaías 43:7 dice:
“A todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice.”
Esto significa que nuestra existencia tiene el propósito de reflejar y manifestar el carácter, la grandeza y el amor de Dios. No somos un accidente del universo, sino una obra maestra diseñada por el Creador con la misión de glorificarlo en todo lo que hacemos.
2. Fuimos Creados para Tener una Relación con Dios
Desde el principio, Dios diseñó al ser humano para tener comunión con Él. En Génesis 1:27, leemos que Dios creó al hombre y a la mujer a Su imagen y semejanza, lo que indica que somos seres espirituales capaces de relacionarnos con nuestro Creador.
Jesús reafirma esto en Juan 17:3:
“Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.”
Dios no solo quiere que sepamos de Él, sino que lo conozcamos personalmente. Nuestro propósito es vivir en comunión con Él, disfrutando de Su amor y dirección.
3. Fuimos Creados para Amar a Dios y a los Demás
Cuando Jesús fue preguntado sobre el mayor mandamiento, respondió:
“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” (Mateo 22:37-39)
El propósito de nuestra vida no se trata solo de nosotros mismos, sino de amar a Dios y a quienes nos rodean. Vivimos con un propósito cuando servimos a los demás, mostramos compasión y compartimos el amor de Dios en nuestras acciones diarias.
4. Fuimos Creados para Cumplir una Misión en la Tierra
Jesús nos dejó una misión clara antes de ascender al cielo:
“Id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado.” (Mateo 28:19-20)
Cada creyente tiene un llamado a compartir el Evangelio y a vivir de manera que otros puedan conocer a Dios a través de su testimonio. Nuestra vida cobra sentido cuando vivimos para llevar esperanza y salvación a los demás.
5. Fuimos Creados para la Vida Eterna
La vida en esta tierra es solo una parte de nuestra existencia. Dios nos creó con un destino eterno. Jesús dijo en Juan 14:2-3:
“En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.”
Nuestra verdadera casa está con Dios en la eternidad. Mientras estamos en la tierra, debemos vivir con la esperanza del cielo, sabiendo que nuestra existencia no termina aquí, sino que Dios tiene un plan eterno para nosotros.
Conclusión
El propósito de nuestra existencia, según la Biblia, es vivir para la gloria de Dios, tener comunión con Él, amar a los demás, cumplir nuestra misión y prepararnos para la vida eterna. No somos un accidente ni estamos aquí sin razón. Dios nos ha creado con un propósito claro y, cuando vivimos alineados con Su voluntad, encontramos la verdadera paz, gozo y significado en nuestra vida.
Si alguna vez te has preguntado por qué estás aquí, recuerda: fuiste creado con amor, diseñado con propósito y llamado a una vida llena de significado en Cristo.