La Palabra de Dios nos advierte con claridad: “Maldito el hombre que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová” (Jeremías 17:5). Esta advertencia no es simplemente una frase dura del Antiguo Testamento, sino una verdad eterna que hoy vuelve a mostrarse de manera dolorosa.
La reciente confesión del Pastor Robert Morris, fundador de Gateway Church en Texas, quien se declaró culpable de abuso sexual contra una menor de 12 años ocurrido hace más de 40 años en Oklahoma, sacudió a miles de creyentes que lo consideraban un referente espiritual. Tras conocerse el caso, Morris renunció a sus funciones como pastor principal, dejando un fuerte golpe de decepción en su congregación y en gran parte de la comunidad cristiana.
Este hecho, además de dejar una herida profunda en la víctima y su familia, expone nuevamente los peligros de poner nuestra confianza ciega en figuras humanas en lugar de en Cristo. El problema no es respetar a un pastor ni aprender de sus enseñanzas, sino endiosar a hombres imperfectos y olvidar que solo Dios es digno de nuestra confianza absoluta. Cuando un líder cae, muchos se derrumban con él, porque habían puesto su fe en una persona en lugar de en Jesucristo.
Jesús mismo nos advirtió: “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas” (Juan 10:11). Ningún pastor humano puede ocupar ese lugar. Todos somos pecadores y dependemos de la gracia de Dios, por eso el evangelio nos recuerda que debemos examinar todo con discernimiento, no ser seguidores de hombres, sino discípulos de Cristo.
Reflexión espiritual
La caída de un líder no debe llevarnos a perder la fe, sino a recordarnos que el único perfecto es Jesús. El pecado escondido siempre sale a la luz, y aunque la justicia humana pueda tardar, la justicia de Dios nunca falla.
Hoy más que nunca necesitamos fijar nuestros ojos en Cristo, orar por las víctimas y renovar nuestra fe en Aquel que jamás nos traicionará.
Oración
Señor, venimos delante de Ti reconociendo que solo Tú eres justo y santo. Te pedimos por la víctima de este caso, para que reciba sanidad, justicia y consuelo en su corazón. Te pedimos también por el Pastor Robert Morris: que le concedas arrepentimiento genuino, perdón y restauración espiritual. Líbranos de confiar ciegamente en los hombres y enséñanos a poner toda nuestra fe solo en Ti, el buen Pastor que nunca falla. En el nombre de Jesús, amén.




