martes, noviembre 25, 2025

Ayuno espiritual: más que dejar de comer, es alimentarse de Dios

El ayuno espiritual no es simplemente dejar de comer; es un lenguaje del alma que dice: “Señor, más que el pan, te necesito a Ti”. Jesús mismo declaró:

“No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4:4).

Cuando ayunamos, nuestro cuerpo pide alimento, pero nuestro espíritu responde con oración y dependencia del Señor. Cada vacío que sentimos en el estómago es una invitación a llenarlo con la presencia de Dios.

En Isaías 58, Dios muestra el ayuno que le agrada:

  • Soltar las cargas de impiedad.
  • Romper yugos de opresión.
  • Compartir el pan con el hambriento.

Esto significa que el ayuno no se queda en un acto personal, sino que nos transforma en instrumentos de justicia, misericordia y amor.

El ayuno es también un arma espiritual. Jesús dijo que ciertas batallas solo se vencen con “oración y ayuno” (Mateo 17:21). No porque el ayuno tenga poder en sí mismo, sino porque nos vacía de nosotros para llenarnos de la fuerza de Dios.

Por eso, ayunar no es sufrir por sufrir, sino conectarnos con la fuente de vida. Cada vez que negamos al cuerpo, el espíritu se fortalece. Cada vez que decimos “no” al plato, decimos “sí” a la voluntad del Padre.

Que cuando ayunemos no sea solo para buscar respuestas, sino para buscar al Dador de la respuesta. Entonces veremos cumplirse la promesa:

“Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí” (Isaías 58:9).

El verdadero ayuno no consiste en dejar de comer, sino en aprender a alimentarnos de Cristo. Cuando ayunamos con un corazón rendido, Dios abre los cielos, rompe cadenas y renueva nuestra vida.

También te puede interesar:

COMENTARIOS EN FACEBOOK

COMENTARIOS EN SOMOSCRISTIANOS