Un análisis basado en la Biblia
En la actualidad, la relación entre la iglesia y la política es un tema de gran controversia. Una de las preguntas que surgen es si es correcto que los pastores evangélicos protesten o promuevan que el gobierno no debe apoyar a la comunidad LGBT+ e incluso llegar al punto de discriminarlos o afirmar que no irán al cielo. Para responder a esta cuestión, es fundamental analizar lo que la Biblia enseña sobre el papel de la iglesia en la sociedad, la justicia de Dios y el amor al prójimo.
1. La misión de la iglesia: predicar el evangelio, no legislar la moral
Jesús dejó en claro cuál es la misión de la iglesia en Mateo 28:19-20:
“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.”
El llamado de la iglesia es a predicar el evangelio y discipular a las personas, no a imponer leyes a quienes no comparten la fe cristiana. En el Nuevo Testamento, no encontramos a Jesús ni a los apóstoles luchando contra las leyes del Imperio Romano, aunque muchas eran contrarias a los principios bíblicos. Más bien, Jesús enseñó a transformar vidas a través del evangelio, no de la imposición de normas externas.
Pablo también lo confirma en 1 Corintios 5:12-13:
“Porque, ¿qué razón tendría yo para juzgar a los que están fuera de la iglesia? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro? Pero Dios juzgará a los de afuera.”
Esto deja en claro que la responsabilidad de la iglesia es guiar a sus propios miembros en santidad, pero el juicio de los que están fuera corresponde a Dios, no a los líderes cristianos.
2. La relación de la iglesia con el gobierno
La Biblia enseña que los cristianos deben respetar a las autoridades, pues estas han sido establecidas por Dios para el orden social (Romanos 13:1-7). Jesús mismo dijo:
“Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios” (Mateo 22:21).
Esto significa que hay una separación entre el gobierno y la iglesia. Mientras que el gobierno se encarga de legislar y gobernar sobre una nación con ciudadanos de diversas creencias, la iglesia tiene la responsabilidad de guiar espiritualmente a sus miembros.
Si un gobierno decide apoyar a la comunidad LGBT+, esto no cambia la misión de la iglesia. Los cristianos pueden estar en desacuerdo con ciertas leyes, pero deben expresar sus convicciones con respeto y amor, sin promover el odio o la discriminación.
3. El llamado al amor y la compasión
Uno de los mandamientos más claros de la Biblia es amar al prójimo. Jesús enseñó:
“Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:39).
El amor cristiano no significa aprobar todo lo que el mundo hace, pero sí implica tratar a todas las personas con dignidad y respeto, independientemente de sus creencias, orientación sexual o estilo de vida. Jesús nos dio el mejor ejemplo al relacionarse con pecadores sin condenarlos, pero llevándolos al arrepentimiento.
Cuando los fariseos llevaron a una mujer sorprendida en adulterio para que fuera apedreada, Jesús respondió:
“El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella” (Juan 8:7).
En lugar de condenarla, Jesús le mostró gracia y le dijo:
“Ni yo te condeno; vete, y no peques más” (Juan 8:11).
Los cristianos no están llamados a señalar y condenar a las personas, sino a guiarlas a Cristo con amor y verdad.
4. ¿Quién decide quién va al cielo?
Es común que algunos líderes cristianos afirmen que las personas LGBT+ “no irán al cielo”. Sin embargo, solo Dios tiene la autoridad para decidir el destino eterno de cada persona.
1 Corintios 6:9-11 menciona varios pecados, incluyendo la inmoralidad sexual, pero también el robo, la avaricia, la borrachera, la calumnia y la estafa. Sin embargo, el versículo 11 aclara:
“Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.”
Este pasaje nos recuerda que la salvación no depende de evitar ciertos pecados, sino de la obra de Cristo en la vida de cada persona. Nadie puede determinar quién va al cielo o al infierno, pues solo Dios conoce los corazones.
Conclusión: ¿Deben los pastores protestar contra el apoyo gubernamental a la comunidad LGBT+?
Desde una perspectiva bíblica, la iglesia tiene la misión de predicar el evangelio, no de imponer leyes a quienes no comparten su fe. Los cristianos pueden expresar sus convicciones con respeto, pero nunca deben fomentar la discriminación o el odio.
Más que protestar contra políticas gubernamentales, los pastores están llamados a reflejar el amor de Cristo y llevar el evangelio a todas las personas, incluyendo a la comunidad LGBT+. Solo Dios tiene la autoridad de juzgar, y nuestra responsabilidad es compartir el mensaje de salvación con amor y compasión.
En lugar de promover el rechazo, la iglesia debe ser un lugar donde todos puedan conocer a Cristo y experimentar Su gracia transformadora.