martes, noviembre 25, 2025

Cómo usar la tecnología sin perder la esencia cristiana

Vivimos en una era donde la tecnología está presente en cada aspecto de nuestra vida. Teléfonos inteligentes, redes sociales, aplicaciones y plataformas digitales se han convertido en herramientas cotidianas. Sin embargo, surge una pregunta importante: ¿cómo usar la tecnología sin perder la esencia cristiana que debe guiarnos en todo momento?

La tecnología en sí misma no es ni buena ni mala; es un instrumento. El problema surge cuando se convierte en un ídolo que roba nuestro tiempo, nuestra atención y nuestro corazón. La Palabra nos recuerda: “Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica” (1 Corintios 10:23). Es decir, podemos usar la tecnología, pero siempre con discernimiento y sabiduría.

Un cristiano puede beneficiarse de la tecnología de muchas maneras:

  • Usándola para compartir el evangelio en redes sociales.
  • Escuchando predicaciones, alabanzas y reflexiones que edifiquen la fe.
  • Manteniendo la comunicación con hermanos en Cristo y apoyando ministerios en línea.

Pero también debemos cuidarnos de sus peligros:

  • Evitar caer en la adicción a las pantallas.
  • Guardar nuestros ojos y nuestro corazón de contenido que contamina.
  • No reemplazar la comunión personal con Dios por un consumo superficial de mensajes religiosos en internet.

Jesús dijo: “Vosotros sois la luz del mundo” (Mateo 5:14). Eso también aplica al mundo digital. Si mantenemos nuestros principios firmes, podemos ser luz en medio de un entorno que muchas veces promueve lo contrario a la fe.

La clave está en recordar siempre nuestra identidad: somos hijos de Dios. La tecnología puede ser un medio poderoso, pero no debe definirnos ni dominar nuestra vida. Usemos la tecnología como un canal para glorificar a Cristo, mantenernos informados, y crecer en sabiduría, pero nunca como sustituto de la oración, la lectura de la Biblia y la comunión con otros creyentes.

En conclusión, no se trata de huir de la tecnología, sino de ponerla bajo el señorío de Cristo. Cuando hacemos esto, podemos disfrutar de sus beneficios sin perder nuestra esencia cristiana.

También te puede interesar:

COMENTARIOS EN FACEBOOK

COMENTARIOS EN SOMOSCRISTIANOS