martes, noviembre 25, 2025

Cuando Jesús es más grande que el deporte

El fútbol americano universitario suele estar marcado por la pasión, la competencia y, muchas veces, la rivalidad intensa entre equipos. Sin embargo, lo ocurrido entre Nebraska y Cincinnati nos recuerda una verdad más grande: Jesús trasciende cualquier marcador y es capaz de unir incluso a los rivales más acérrimos.

La oración que rompe barreras

Al final del partido, jugadores de ambos equipos se arrodillaron juntos en el campo. Ya no importaba quién había ganado o perdido, sino que reconocieron que había algo mayor que el resultado: la fe en Jesucristo. Este gesto refleja lo que enseña la Palabra: “Para que todos sean uno, como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti; que también ellos sean uno en nosotros” (Juan 17:21).

Más grande que un trofeo

La victoria o la derrota son pasajeras; los trofeos se oxidan, las estadísticas se olvidan. Pero el nombre de Jesús permanece para siempre. Que atletas jóvenes se unan en oración es un recordatorio para todos nosotros: nuestros logros deben rendirse ante Aquel que nos da la vida, la fuerza y el propósito.

Testimonio en un mundo que observa

El video de la oración se difundió en redes sociales y miles lo celebraron como el momento más valioso de la noche. Esto nos muestra que el verdadero testimonio cristiano impacta más que cualquier jugada. Cuando la fe se manifiesta con humildad y unidad, el mensaje del Evangelio llega mucho más lejos de lo que imaginamos.


👉 Conclusión:
La escena en el Arrowhead Stadium nos enseña que la verdadera grandeza no está en la victoria deportiva, sino en glorificar a Dios en todo. Como dice 1 Corintios 10:31: “Ya sea que coman o beban o hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios”.

El reto para cada cristiano es claro: que en nuestros trabajos, estudios, relaciones y pasatiempos, siempre recordemos que Jesús es más grande que cualquier juego.

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